Lima, la bautizada ciudad de los reyes es ahora la también bautizada ciudad de M, pero no por la gran película con el churrisisísimo Santiago Magill, sino por ser la ciudad de maricones. Es así, debemos aceptarlo: somos una gran polis que más se asemeja a un armario conservador que se rehusa a ser neo liberal pese a que muchos de sus integrantes tienen MUCHO por sacar.
Evidentemente, existen otros que no tienen miedo de mostrarse como son y bien por ellos. Ahora, todos debemos confesar que amamos a los gays siempre y cuando sean nuestros mejores amigos que te dan consejos de todo. Le dicen a las mujeres cómo piensan los hombres y le dicen a los hombres como piensan las mujeres, porque se sienten en ambos bandos. PERO, siempre hay un pero, ¿se dan cuenta? Bueno, bueno, este caso no es la excepción. El problema se da cuando ese hombre, que gusta de otro hombre lo hace público de manera sumamente escandalosa porque seamos honestos: queremos machos bien machos o queremos gays pero NO LOCAS.
Las locas nos hacen la competencia, a nosotras las mujeres, sobre qué tanto sabemos de ropa. Competimos también por definir que hombre es más churro y PELEAMOS POR LA ATENCIÓN DEL DISPUTADO. Esto sí que es cat-fight y no lo podemos soportar. Además, para los heterosexuales, sabemos que les da pavor tener una loca al costado que te susurre "papi a que te aruño". Así que please, contagiémonos de los open minded, sigamos lo liberal pero no lo libertino. Entonces, por favor Lima, sigue siendo la jaula de las locas en esta ciudad de M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario